*Confía de todo corazón en el SEÑOR y no en tu propia inteligencia. Ten presente al SEÑOR en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto.* - Proverbios 3:5-6 (DHH)
Me gusta correr temprano por la mañana, y antes de salir de casa, reviso las condiciones meteorológicas del aeropuerto. Una mañana, la visibilidad en el aeropuerto era solo 1 kilómetro y medio. Una gruesa capa de nubes grises colgaba sobre las copas de los árboles. Mientras corría, escuché el vuelo de un avión, pero, debido a la capa de nubes no pude verlo y sabía que los pilotos tampoco podían ver el suelo. Los pilotos dependen de la formación y de los instrumentos sofisticados para volar y aterrizar el avión con seguridad, y es especialmente cierto cuando se reduce la visibilidad.
A veces me cuesta ver hacia dónde debo dirigirme en la vida. Al perder mi perspectiva, se me hace difícil encontrar el camino. En esos momentos, me esfuerzo por recuperar mi concentración con las Palabras de la cita bíblica de hoy en Proverbios, capítulo 3, versículos 5-6.
*Confiar en Dios no siempre es fácil pero eso fue lo que hizo Bartimeo cuando le pidió a Jesús que le devolviera la vista; desde lo profundo de su corazón confió en Dios.*
*Conocer y obedecer la Palabra de Dios, en los días cuando el camino no está claro es mi Luz para avanzar. Mi corazón necesita confiar más en el mensaje de JESÚS, así como lo hizo Bartimeo.*
ORACIÓN
*Dios fiel, guía nuestros corazones a confiar en ti cuando nuestra visión esté nublada. Inspíranos a través de tu Palabra.* En el Nombre de JESÚS. Amén.
LECTURA
Evangelio según San Marcos 10:46-52
[46] Llegaron a Jericó, y al salir de la ciudad Jesús iba seguido de sus discípulos y de una gran multitud. Junto al camino estaba sentado un mendigo llamado Bartimeo hijo de Timeo, que era ciego. [47] Cuando éste supo que quien venía era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar y a decir: «Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!» [48] Muchos lo reprendían para que callara, pero él gritaba con más fuerza: «Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!» [49] Jesús se detuvo y mandó que lo llamaran. Los que llamaron al ciego le dijeron: «¡Mucho ánimo! ¡Levántate, que Jesús te llama!»
[50] Arrojando su capa, el ciego dio un salto y se acercó a Jesús, [51] *y Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le respondió: «Maestro, quiero recobrar la vista.» [52] Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y enseguida el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús en el camino.*
PENSAMIENTO DEL DÍA
Cuando el camino parece poco claro, confiaré en la Palabra y el poder de Dios para guiarme.
OREMOS
Por los pilotos y el personal de apoyo aereo.
LA BIBLIA EN UN AÑO
Hoy leemos:
*Mateo 7, 8, 9.*
