*Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: — ¡Señor, sálvame!* - Mateo 14:29-30 (NVI)
Hace unos meses fui despedida de mi trabajo después de once años. Ya había sido despedida dos veces anteriormente. Esta vez me afectó tanto que me enfermé. Un par de semanas después, la reflexión diaria mostraba la lectura de Mateo 14:22-33 en una de las meditaciones. El escritor me recordó que en lugar de mirar hacia abajo en las aguas tormentosas, necesitaba mirar hacia arriba. Desde entonces, cada vez que me desanimaba con la búsqueda de trabajo, recordaba: «mira hacia arriba».
Poco después, en el sermón dominical, mi pastor habló sobre *mirar hacia arriba con confianza, mirar hacia atrás con gratitud y mirar hacia adelante con esperanza.* Me di cuenta de que, además de mirar hacia arriba, debía mirar hacia atrás y estar agradecida por los buenos empleos que Dios me ha proporcionado. *Mirar en ambas direcciones me da la fuerza para mirar también hacia adelante con la esperanza de que Dios proveerá nuevamente para mí.*
Encontré ese mismo pasaje de Mateo en otras meditaciones. Estas reflexiones, junto con las palabras de mi pastor, han reforzado mi determinación de *«mirar hacia arriba con confianza, mirar hacia atrás con gratitud y mirar hacia adelante con esperanza».*
ORACIÓN
Oh, Jesús, gracias por recordarnos confiar y seguir el camino que has establecido para nosotros. En el Nombre de JESÚS oramos. Amén.
LECTURA
Evangelio según San Mateo 14:22-33
[22] Enseguida, Jesús hizo que sus discípulos entraran en la barca y que se adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. [23] Luego de despedir a la gente, subió al monte a orar aparte. Cuando llegó la noche, Jesús estaba allí solo. [24] La barca ya estaba a la mitad del lago, azotada por las olas, porque tenían el viento en contra.
[25] Pero ya cerca del amanecer Jesús fue hacia ellos caminando sobre las aguas.
[26] Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre las aguas, se asustaron y, llenos de miedo, gritaron: «¡Un fantasma!» [27] Pero enseguida Jesús les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!» [28] Pedro le dijo: «Señor, si eres tú, manda que yo vaya hacia ti sobre las aguas.» [29] Y él le dijo: «Ven.» Entonces Pedro salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús.
[30] Pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: «¡Señor, sálvame!» [31] Al momento, Jesús extendió la mano y, mientras lo sostenía, le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» [32] Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. [33] Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo: «Verdaderamente, tú eres Hijo de Dios.»
PENSAMIENTO
La provisión amorosa de Dios nos da esperanza.
OREMOS
Por quienes buscan empleo.
LA BIBLIA EN UN AÑO
Hoy leemos:
*San Juan 10, 11, 12, 13, 14.*