Oh Dios, examíname, reconoce mi corazón; ponme a prueba, reconoce mis pensamientos; mira si voy por el camino del mal, y guíame por el camino eterno. - Salmo 139:23-24 (DHH)
Como supervisor nuevo de un departamento en el Servicio de Parques Nacionales aquí en Georgia, EE. UU., me toca preparar comunicados de prensa para informar al público sobre los próximos eventos y alertas de seguridad en los parques. Después de redactar mi primer comunicado de prensa, pensé que estaba bien. Para asegurarme de que no tuviese errores gramaticales le pedí a uno de mis empleados, que era muy bueno redactando, que lo revisara. Para mi sorpresa, sugirió varios cambios. Hice las correcciones y estos cambios evitaron que mi comunicado de prensa se enviara a los medios de comunicación con varios errores.
Muchas veces pensamos que estamos bien, pero del mismo modo, como alguien que quiere poseer un carácter parecido a Cristo, debo continuamente pedirle a Dios que revise mi vida. La cita bíblica de hoy dice: «... examíname, reconoce mi corazón...; mira si voy por el camino del mal...». Muchas veces he pensado: «Tal vez hay algunos cambios que podría inciar pero, por lo general, estoy bien». Cuando sinceramente busco y recibo la evaluación, el Señor me señala los errores que necesitan atención. Al tomar esto en serio, puedo hacer los cambios necesarios y vivir el carácter cristiano que Dios desea en mí.
ORACIÓN
Dios misericordioso, por favor, examínanos y ayúdanos a hacer las correcciones que necesitamos para obtener el carácter y las cualidades que tú deseas. En el Nombre de JESÚS. Amén.
Lectura de hoy
Carta a los Hebreos 12:1-13
Hebreos 12:1-13 NVI
[1] Por tanto, también nosotros que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
[2] Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. [3] Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.
[4] En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre. [5] Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirigen: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, [6] porque el Señor disciplina a los que ama y azota a todo el que recibe como hijo». [7] Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. Porque, ¿qué hijo hay a quien el padre no disciplina? [8] Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. [9] Después de todo, nuestros padres humanos nos disciplinaban y los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus y viviremos? [10] En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad.
[11] Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien dolorosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella. [12] Por tanto, renueven las fuerzas de sus manos débiles y de sus rodillas temblorosas.
[13] «Hagan sendas derechas para sus pies» para que la pierna coja no se disloque, sino que se sane.
PENSAMIENTO DEL DÍA
Le pediremos al Señor que nos evalúe y perfeccione nuestro carácter.
OREMOS
Por anhelar pedirle a Dios que nos evalúe.
LA BIBLIA EN UN AÑO
Hoy leemos:
Abdías 1; Jonás 1, 2, 3, 4.